LOS ABUELOS EN LOS TIEMPOS MODERNOS
En México, desde 1983, cada 28 de agosto, se festeja a los abuelos. La historia de esta celebración se remonta a la presidencia de Lázaro Cárdenas, quien decidió designar un día para consentir a los grandes del hogar; también hay quienes aseguran que la tradición proviene de los tiempos del “Porfiriato”, cuando los hacendados festejaban a los adultos mayores durante el día de San Agustín. Otra versión indica que el Día del Abuelo se instituyó gracias al locutor Édgar Gaytán Monzón, quien, en su programa de radio dedicado a recordar la música de tríos y boleros, tenía como audiencia meta a los adultos mayores. Se dice que al locutor le llegaban comentarios de personas que todavía no pasaban los cuarenta años y que ya eran abuelos, pero se sentían incómodos de ser felicitados el día del adulto mayor.
El establecimiento de un día especial para los abuelos; para los adultos mayores, tiene como objetivo ofrecerle a los abuelos un nuevo lugar en el cuidado de la familia, recordar que ellos son la semilla del fruto que ahora se tiene y que no debemos dejarlos fuera de las nuevas tareas ni roles sociales, pues su experiencia puede ser clave para el desarrollo de los niños que forjarán el futuro. Este día, también nos invita a visitar a los abuelos olvidados en algún asilo de ancianos u hospital; y, sobre todo, a hacer un llamado social para no abandonar a las personas mayores por ningún motivo, pues en ellas alguna vez encontramos cobijo; en ellas encontramos experiencia y virtud; ellas siguen siendo de gran utilidad en nuestras vidas.
Modernos, activos e independientes, así es como los abuelos de ahora figuran dentro del núcleo familiar; y es que los adultos mayores del siglo XXI, saben que la vida no gira en torno a los nietos, sino a la par, enseñando y priorizando su tiempo libre. Se acabaron los tiempos en que los abuelos ya no tienen nada que hacer, pero tienen presente que pueden ser uno de los pilares más importantes en la familia.
Al hablar de los abuelos, debemos distinguir entre los jóvenes y los adultos mayores: los primeros son las personas que empiezan a tener nietos sin edad para ser abuelas o abuelos (por ejemplo, a los 40 años); mientras que los segundos, pasan de los 60.
Existen también abuelos novatos o primerizos, lo que puede recuperar el significado de tener la ilusión de compartir su tiempo con niños pequeños. Los abuelos suelen ser muy requeridos en los primeros años de vida de sus nietos, pues, aunque se va aprendiendo sobre la marcha, siempre encontrarán la forma de guiar a sus hijos en la crianza de sus descendientes.
Convertirse en abuelos es para muchos una oportunidad de reelaborar estilos de relación y cumplimiento de ciertos roles. Como si fuese una regla, contribuyen con su experiencia en momentos de crisis familiar, tanto en el sentido psicológico y emocional como en el económico. Comparten su tiempo, pero no asumen la obligación de los padres por completo, ya que, a su edad, es más fácil decir “NO” ante una petición para cuidar a los pequeños, sobre todo si se empalma con alguna de sus múltiples actividades. En pocas palabras, los abuelos hacen respetar su tiempo, quieren relajarse, sentirse útiles, vivir saludablemente y mantener una vida social, independientemente de su situación económica (estén o no jubilados).
En familias en las que papá y mamá trabajan, muchos abuelos le ofrecen a sus nietos la posibilidad de estar con adultos que les brinden cuidado, compañerismo, atención, y, quizás, un estilo de vida más tranquilo; es decir, crean un equilibrio de tiempo en el hogar de sus hijos, recogiéndolos en el colegio, o quedándose con ellos alguna noche para que los padres puedan salir libremente. Los abuelos ayudan al desarrollo funcional de la familia, pero se debe evitar caer en los abusos.

Por otra parte, el paradigma de un adulto mayor con una imagen sobria, actitud cabizbaja y mirada triste se ha ido desvaneciendo poco a poco hasta convertirse en todo lo contrario. Hoy, muchos jóvenes se han sorprendido con la actitud y porte dignos de sus abuelos, quienes, a pesar de que se les dificulta entender la tecnología, buscan la manera de usarla para que la distancia entre sus familiares y amigos no sea un obstáculo para comunicarse, ya sea con apoyo de la telefonía móvil y del internet. Cada vez es menos extraño ver adultos mayores tratando de hacer llamadas, de compartir fotos y videos, de enviar mensajes de texto, de conversar por el chat, y de escribir cartas completas vía correo electrónico. ¡Lo mejor de todo es que lo intentan y lo logran!
Año tras año, así como se festeja el Día de la Madre y el Día del Padre también se celebra el Día del Abuelo. La finalidad es hacerle un homenaje a estos hombres y mujeres que primero nos dieron amor de padre y madre; y después les dan tiempo y cariño a sus nietos. En este día, los nietos pueden demostrar cuánto aman y aprecian a sus abuelos, agradeciéndoles el tiempo que pasan con ellos y su dedicación. Sin duda, son muchos los abuelos que perciben este momento como un segundo aire en sus vidas para fortalecer el vínculo familiar y sentirse escuchados, aceptados, comprendidos y valorados.
Agosto