S.O.S. PARA NIÑOS CON DIFICULTADES DE INTEGRACION AL INICIAR CICLO ESCOLAR.
Según fuentes confiables de la Secretaría de la Salud Mental, los niños pueden tardar hasta dos meses y medio en adaptarse a su escuela, cuando comienzan un nuevo ciclo escolar. Este breve lapso de tiempo puede servir para incrementar su problema de adaptación o para disminuirlo, pero eso depende de varios factores.
Los padres deben elegir cuidadosamente el ambiente escolar en el que estará su hijo, pero no sólo obteniendo información sobre el tipo de sistema o método educativo que se emplea en la escuela para la enseñanza, sino que se debe entrevistar indirectamente a algunos padres de familia que se desenvuelvan en el ámbito escolar deseado, con el fin de conocer el punto de vista de otro papá o mamá y obtener elementos de ayuda en la adaptación de nuestro hijo(a).
Si en el transcurso de los días, establecemos alguna amistad con papás que tengan hijos dentro del mismo grupo de nuestros pequeños; eso nos ayudará a darles confianza, para evitar que se aíslen y tengan miedo de entablar relaciones con nuevos amiguitos. Está comprobado que cuando papá o mamá le hablan a la niña o niño del grupo o a sus papás, inconscientemente, es como darle permiso a los hijos de frecuentar a aquellos niños(as) con los que habrá cierta seguridad y no pasará nada malo.
Los niños deben identificar a sus nuevos compañeros de clase por la manera en que se comportan con otros niños para saber qué medidas tomar a la hora de recreo: jugar en el mismo patio o alejarse e irse a otro lado.
La convivencia sana es cada vez más necesaria, pero cuando un ser humano está en un espacio nuevo o con personas desconocidas dentro de la escuela o de cualquier otro ámbito se prende el botón de alerta, se genera desconcierto, timidez o temor. Con miedo siempre resulta más difícil observar dónde se está, preguntarse quién es el de junto o si éste puede ser un buen amigo. Incluso existen casos de niños a los que les da miedo estar solos en la escuela, porque nadie les habla.
La participación de los papás en este lapso corto de adaptación es crucial, por lo que se recomienda acompañar a los hijos a la escuela para fortalecerlos. Las tensiones o preocupaciones laborales u otro tipo de compromisos ineludibles deberán quedarse de lado, para darle espacio a los hijos, para escucharlos y hacer planes con ellos. Esto les permitirá entender que es necesario ir a la escuela, estudiar y socializar.
Hay que romper con el estereotipo de mamás y papás superhéroes que salvarán a sus hijos de las dificultades con otros niños, ya que esto no ayudará a que los niños(as) se adapten fácilmente a otros lugares: siempre tendrán en su mente que los quieren molestar, que mamá y papá deben estar cerca para defenderlos. Sin embargo, cuando los tutores se hacen amigos de los compañeros de clase o de sus papás se hace más fácil reconocer el camino que se deberá elegir; o con el tiempo, cambiar. Ante todo, la formación de niños y niñas fuertes depende de la estabilidad emocional que el niño pueda sentir en su casa.