INCERTIDUMBRE Y PREOCUPACIÓN ANTE EL TRIUNFO DE DONALD TRUMP - Primera Parte
Estimados lectores, cuando tengan en sus manos este artículo, Donald Trump estará a unos días de asumir la presidencia de los Estados Unidos de América (EUA). La noticia dejó a nuestro país y al mundo entero estupefactos. En contra de las predicciones de la gran mayoría de las encuestas,
Trump era declarado vencedor en las elecciones presidenciales, mientras que su partido, el republicano, ganaba la mayoría absoluta en las dos cámaras del Congreso. Intentaré resumir en unas cuantas líneas lo que sucedió, las causas y las diversas consecuencias que esta elección puede traer para el mundo y, muy especialmente, para México y para los migrantes indocumentados que residen allá. Terminaré con algunas reflexiones acerca de lo mucho que podemos aprender de todo esto.
Antecedentes
En EUA el Presidente se elige cada 4 años y puede reelegirse por 4 años más. Fundamentalmente hay 2 partidos, el republicano y el demócrata. El Presidente saliente, Barak Obama, fue el primer presidente afroamericano del país, surgido del partido demócrata. Durante sus 8 años de gobierno logró estabilizar la economía después de la crisis del 2008; trabajó mucho a favor de los menos favorecidos y estableció el Obama Care, un sistema para dar a los más pobres acceso a los servicios de salud. Luchó, sin éxito, por implementar una reforma migratoria que facilitara la legalización de miles de indocumentados e intentó limitar la tenencia y el uso de armas, ante el aumento dramático de atentados cometidos por ciudadanos de todas las edades y condiciones.
Su gobierno enfrentó muchos otros retos. Afrontó el crecimiento y consolidación del grupo islámico fundamentalista autodenominado Estado Islámico, ISIS por sus siglas en inglés, que ha diezmado poblaciones enteras en el Medio Oriente y que ha cometido terribles atentados terroristas. Con el terror en esa región del mundo, oleadas de migrantes que huyen de la guerra y de la miseria han inundado Europa, provocando reacciones encontradas entre la población que con frecuencia los rechaza. También en estos años han resurgido en el mundo diversas clases de populismos que dividen a las naciones y enfrentan a ciudadanos. Algunos de estos grupos buscan que los países cierren sus fronteras a personas y productos extranjeros, intentando regresar a esquemas proteccionistas que parecía estaban ya superados. Otros grupos radicales anti-sistema que, casi por definición, van en contra de las leyes e instituciones establecidas, van adquiriendo más fuerza y adhiriendo a sus filas a personas decepcionadas por su situación económica, por la corrupción de sus gobernantes, etc. Incluso reaparecen grupos racistas de corte “neo-nazi” que muchos pensábamos no volverían y la intolerancia religiosa retoma fuerzas. Algunos ejemplos son las recientes elecciones en Austria, donde el partido neo-nazi estuvo a punto de ganar; el “Brexit”, resultado del referéndum en el Reino Unido por el que la mayoría de los ingleses decidieron salirse de la Unión Europea y el caso de Podemos, el partido político que recién surgió en España y que, incluso afirmando que Nicolás Maduro, el dictador de Venezuela, era un ejemplo a seguir, logró obtener el 25% de los votos.
Las campañas y los candidatos en Estados Unidos
En este ambiente empezaron las pre-campañas en EUA. Mientras los precandidatos de uno y otro partido hacían campaña, la sociedad se dividía más y las opiniones se polarizaban. Surgen finalmente los dos candidatos con posibilidades reales de triunfar, Hillary Clinton por el partido demócrata y Donald Trump por el partido republicano. Ambos considerados malos candidatos por lo que muchos norteamericanos buscaban emitir su voto a favor del “menos malo”. Hillary Clinton, más afín al libre comercio, a los latinos y en general a las minorías, no logró conectarse con muchos de los votantes. Tampoco pudo superar la sombra de los correos electrónicos que erróneamente envió desde computadoras personales cuando era Secretaria de Estado ni la de los supuestos fraudes cometidos a través de la fundación Clinton. Estuvo siempre a favor del aborto.
Pero hablemos del ganador, Donald Trump. El ahora presidente electo es un empresario multimillonario que ha quebrado numerosos negocios y que durante años ha evadido el pago de impuestos aprovechándose de las lagunas en las leyes fiscales. Jamás ha tenido experiencia en política y, como todos hemos podido constatar, su carácter es irascible e impredecible. Además, durante la campaña salieron a la luz diversos casos en los que se le acusaba de hostigamiento sexual contra las mujeres e incluso pudimos escucharlo en un audio vergonzoso. En campaña nunca presentó planes financieros, fiscales o de política exterior serios para su país. Lo poco que propuso, como reducir impuestos a los más ricos, limitar el comercio exterior y establecer medidas proteccionistas para proteger a los productores norteamericanos y evitar que los inversionistas abrieran empresas en otros países, fue criticado por la casi totalidad de los economistas serios en EUA y en el mundo. Ofreció modificar o revocar acuerdos como el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre EUA, México y Canadá, culpando equivocada y mañosamente al libre comercio del bajo crecimiento en su país. Para ahondar más las divisiones y el odio repitió en todos los foros que los indocumentados eran “personas indeseables” que robaban el trabajo a los norteamericanos y amenazó abiertamente a empresarios de EUA que decidieran invertir en nuestro país.
Lo más preocupante fue el racismo que mostró e instigó a lo largo de la campaña lanzando una serie de descalificaciones, acusaciones y amenazas contra los afroamericanos, los latinos, particularmente los migrantes indocumentados, los musulmanes y en fin, contra diferentes minorías étnicas y religiosas. Esto exacerbó el racismo y la intolerancia ya presentes en su país, dando lugar a la radicalización de grupos y a una profunda división de la sociedad. Las declaraciones en contra de México y de los mexicanos indocumentados y la amenaza de construir un muro a lo largo de la frontera financiado por nosotros fueron parte fundamental de su campaña. Sin embargo hemos de reconocer que muchas de sus amenazas pudieron haber sido solo estrategias de campaña para ganar votos y que para muchas decisiones necesitará la aprobación del Congreso, mismo que disiente con él en diversos temas. La realidad es que no hay nada definido, la incertidumbre es lo que prevalece… (Continuará)