Familia ideal para los niños
Hay ocasiones en que sentimos que “hemos perdido el rumbo” y que nuestra familia no está funcionando como queremos. Los hijos ausentes, ya sea porque están gran parte fuera de casa o bien encerrados en sus cuartos. Los padres trabajando todo el día, llenos de preocupaciones y cansados. Preocupa que la comunicación profunda entre los miembros de la familia y la convivencia armónica son dos conceptos que cada vez están más olvidados. Es triste ver que las ideas de “colaboración” y “bien común” parecen también ser muy poco comprendidas y vividas dentro de la familia.
Y decimos que “hemos perdido el rumbo”… pero ¿cuál era el rumbo? El principal problema que tenemos en la familia es que no hay una definición del destino hacia el cual nos dirigimos, no hay claridad en lo que esperamos lograr como padres y lo que esperamos tener en esta organización fundamental que es nuestra familia. Unido a este problema está la falta de seguimiento al logro de objetivos comunes, pues no revisamos de manera periódica si las cosas están funcionando como lo esperábamos y si cada uno de nosotros está haciendo lo que le corresponde hacer.
Empecemos por definir qué es la familia, ¿cuál es el sentido de vivir en familia? De acuerdo al documento de Amoris Laetitia «El fin unitivo del matrimonio es una llamada constante a acrecentar y profundizar este amor. En su unión de amor los esposos experimentan la belleza de la paternidad y la maternidad; comparten proyectos y fatigas, deseos y aficiones; aprenden a cuidarse el uno al otro y a perdonarse mutuamente. En este amor celebran sus momentos felices y se apoyan en los episodios difíciles de su historia de vida»[103].
De acuerdo a la definición anterior “La familia es por lo tanto una organización fundamentada en el amor que busca que todos sus miembros se desarrollen a plenitud y encuentren en los demás el apoyo para lograrlo. Un lugar en donde se comparten proyectos, fatigas, alegrías, tristezas y se dona la propia vida por los seres más queridos”.
Y nosotros ¿Cómo queremos que sea nuestra familia?
Establezcamos el ideal de nuestra familia, “La misión”. “Un modelo de misión familiar puede convertirse en el destino único e irrepetible de tu familia, los valores que contiene representarán la dirección”[i] Covey, S. (1997).
Un buen ejercicio para los padres será el sentarse a pensar y definir con claridad lo que esperan de su familia, cómo la visualizan. Para hacer el ideal de “Mi familia” es importante empezar por considerar aquello que está implícito y que se puede extraer de las definiciones anteriores pero que es importante volver a recordar y dejar por escrito para que haya claridad en la dirección hacia la que vamos. Ej. Los principios más importantes de nuestra familia son: la escucha, el apoyo mutuo, el amor, el perdón, el diálogo, la convivencia armónica, etc.
Aunque es bien claro que hay una serie de principios universales como los antes mencionados, también es importante definir los valores propios de nuestra familia y que nos distinguen del resto. Pongamos algunos ejemplos, hay familias para las que el deporte es un hábito muy importante que deben tener todos los miembros de la familia y otras que en contraposición piensen que lo más importante es el trabajo y el estudio. Habrá quienes como familia piensan que servicio a las personas necesitadas es un valor muy importante que todos los del núcleo familiar deben tener y otras que piensan que es suficiente con ver y apoyar a los miembros más cercanos y queridos. Familias que piensan que no hay que expresar emociones y controlar el llanto y la risa en público, mientras que haya otras que encuentren que es muy sano hacerlo. Familias que consideran que “convivir” es pasar tiempo juntos frente al televisor y otras para quienes convivir es verse “cara a cara” mientras platican.
A continuación un ejemplo de principios familiares que te pueden servir de guía para hacer los tuyos.
En mi familia:
Nos amamos y perdonamos de corazón las ofensas recibidas.
Nos ayudamos cuando estamos en problemas y cuidamos el uno del otro.
Procuramos tener espacios de convivencia armónica en la que no usamos nuestros celulares y nos escuchamos con interés.
Creemos en Dios y vamos a Misa cada domingo.
Somos solidarios con las personas que sufren o tienen necesidades.
Cuidamos el agua, la luz, separamos basura y reciclamos porque entendemos que hay que ser responsables con el medio ambiente.
Sabemos que es importante cuidar nuestros bienes y administrar bien el dinero.
Cuidamos nuestra salud comiendo alimentos sanos y nutritivos, bebiendo suficiente agua y haciendo ejercicio.
Todos colaboramos en la casa y cuidamos especialmente dejar ordenados los lugares comunes.
Somos buenos ciudadanos mexicanos, respetamos nuestras normas y consumimos nuestros productos.
Una vez que los padres han platicado sobre esto sería conveniente que se hable con los hijos al respecto. “Visualizar una familia mejor y más efectiva probablemente tenga que empezar por ti pero para que funcione mejor, deberán involucrarse también los demás miembros de la familia, Deberán ayudar a crearla o, al menos, entenderla y comprometerse. El motivo es muy sencillo: ¿Alguna vez has armado un rompecabezas con otras personas?, ¿qué importancia tiene saber la imagen final?, ¿qué importancia tiene que todos los que están colaborando tengan la misma imagen? Sin esa visión compartida, las personas utilizarían criterios distintos para tomar sus decisiones y el resultado final sería un caos” Covey, S. (1997)
Una vez definido en familia lo que queremos y lo que se espera de cada uno de los miembros es decir, una vez que todos tenemos clara la dirección, será importante reunirse cada vez nos desviemos del rumbo para corregir lo más pronto posible, o bien, simplemente para revisar que vamos avanzando bien. ¡El tener un hogar feliz es trabajo de todos!
[i] Stephen Richards Covey fue un licenciado, escritor, conferenciante, religioso y profesor estadounidense conocido por ser el autor del libro superventas: Los siete hábitos de las familias altamente efectivas.