Taller de desarrollo humano Educar el corazón
“Educar la mente, sin educar el corazón, no es educar en absoluto”.
Aristóteles
Al concluir la sesión las participantes:
- Reconocerán que existen diversos tipos de inteligencia.
- Descubrirán qué se entiende por inteligencia emocional.
- Explicarán con sus propias palabras el por qué es importante desarrollar la inteligencia emocional
Revisión del trabajo personal
¿Cumpliste el compromiso que hiciste? ¿Cómo?
¿Obtuviste algún provecho al estar en silencio?
Partir de la experiencia y revivirla
Karla es una alumna que actualmente cursa el sexto grado de primaria. Tanto sus maestras como su familia se sienten felices, pues ella siempre obtiene excelentes calificaciones. Su promedio general en la escuela es de 9.9. La maestra afirma que el coeficiente intelectual de Karla es superior al de sus compañeros y la está entrenando para que represente al colegio en la olimpiada del conocimiento. Dice que Karla es muy buena en matemáticas, aunque a ella no le gustan.
Su mamá y su papá son muy exigentes con ella. Desde que entró a la escuela le hicieron ver que no tolerarían que tuviera bajas calificaciones, Le exigen que estudie y si obtiene una calificación menor a 10 la castigan (incluso la han golpeado). La niña les ha pedido que por favor no sean tan exigentes, pero ellos se justifican diciendo que es lo mejor para ella. Creen que al tener un excelente desempeño académico, Karla será exitosa en la vida. Su papá quiere que estudie alguna ingeniería o algo que se relacione con las matemáticas.
Sin embargo, Karla es una niña triste. Le cuesta trabajo establecer relaciones con sus compañeras y no tiene amigas. Casi nunca la invitan a las reuniones del salón y cuando lo han hecho, su mamá no la ha querido llevar, pues dice que no puede faltar a sus clases vespertinas de violín, ajedrez o natación (clases extracurriculares que escogieron sus papás para ella). A Karla se le dificulta expresar sus emociones y no se atreve a decir que se siente muy ansiosa por el estrés al que la someten. También se siente enojada, pues piensa que le están quitando la oportunidad de disfrutar su infancia. A veces, cuando la ansiedad y el enojo de Karla han llegado al tope, presenta arranques de ira. Sus compañeras le llaman “Nerd” o “Matada”. Y aunque es inteligente, ella tiene una baja autoestima, al sentir que no es aceptada por sus compañeras y compañeros.
Doctrina o contenido del tema
Durante la segunda mitad del siglo XX se extendió, en muchos países, la evaluación de la inteligencia de los niños y jóvenes, a partir de pruebas estandarizadas en las que se mide el coeficiente intelectual. Dichas pruebas se siguen utilizando y buscan conocer cuáles son las habilidades cognitivas de una persona, es decir, su habilidad para razonar, resolver problemas, pensar en forma abstracta o planear.
En la actualidad, todavía hay escuelas y familias en las que se cree que los niños y los jóvenes más inteligentes son los que tienen gran capacidad para resolver ejercicios matemáticos o los que siempre obtienen excelentes calificaciones en las materias que requieren abstracción. Desafortunadamente todavía hay muchos niños y niñas que sufren como Karla; sus papás creen que lo más importante es el número en la boleta, sin importarles el desarrollo pleno de sus hijos o sin tomar en cuenta su personalidad, sus intereses y habilidades.
Han sido varios expertos que han reflexionado al respecto y descubrieron que no necesariamente el obtener altas calificaciones en la escuela es garantía de tener una vida plena y feliz. Tal vez muchas de nosotras recordamos episodios de nuestra infancia y juventud en las que nos hicieron sentir poco inteligentes, debido a nuestros resultados académicos. E incluso, más grave aún, nos sentimos poco valiosas por no haber obtenido buenas calificaciones. Conozco muchas personas que creyeron que en verdad no tenían capacidades intelectuales por lo que decidieron dejar la escuela, con la autoestima rota.
Fue Howard Gardner[1], un científico nacido en Pensilvania en 1943 quien formuló la Teoría de las inteligencias múltiples. Él cree que todas las personas somos inteligentes. Dice que la inteligencia no es una cantidad que se pueda medir con un número (como el coeficiente intelectual) y afirma que no existe una inteligencia única en cada persona. Cada persona tiene siete tipos de inteligencia, las cuales trabajan juntas, aunque como entidades semiautónomas y cada persona desarrolla unas más que otras:
Inteligencia lingüística.
Inteligencia lógico – matemática.
Inteligencia visual y espacial.
Inteligencia musical.
Inteligencia corporal cinestésica: (fuerza, rapidez y flexibilidad del cuerpo)
Inteligencia naturalista.
Inteligencia interpersonal e intrapersonal.
Gardner afirma cada persona tiene una o varias inteligencias predominantes: podemos realizar actividades para reforzarlas e incrementarlas y también, reforzar los otros tipos de inteligencia que no hemos desarrollado.
Daniel Goleman, un psicólogo nacido en California en 1946 desarrolló el concepto de Inteligencia emocional. Él también se dio cuenta de que tener un alto coeficiente intelectual y buenas notas académicas no son garantía de una vida plena y feliz. Una persona con baja inteligencia emocional tiene dificultades para establecer relaciones estables con los demás, discute con mucha frecuencia y, al no saber expresar adecuadamente sus emociones, no es capaz de entender los sentimientos de las personas con las que convive; quiere tener siempre la razón y no acepta sugerencias; es susceptible y se enoja con facilidad; es muy pesimista, pues solo ve lo negativo de las cosas.
Por el contrario, una persona con inteligencia emocional:
Es capaz de reconocer sus propios sentimientos y emociones.
Sabe cómo su estado anímico afecta su comportamiento.
Tiene empatía, es decir, entiende cómo se sienten los demás, lo que le permite establecer buenas relaciones inter-personales.
Aprende a identificar sus emociones y a expresarlas asertivamente, cuando es necesario, sin violencia, sin agredir a los demás.
Es capaz de controlar su enojo.
Recordemos el caso de Karla: sus papás la presionan y no le han dado las herramientas necesarias para la vida. ¿De qué le sirve a Karla ser un “cerebrito” si no sabe establecer relaciones con las personas, si no sabe expresar sus emociones y sobre todo, si no es feliz? ¡Claro que es muy importante que los hijos vayan bien en la escuela y que obtengan buenas calificaciones, pero sin presionarlos y respetando sus intereses y su personalidad! ¡Eduquemos el corazón, nuestra capacidad de amar y de relacionarnos con los demás!
Te invitamos a desarrollar tu inteligencia emocional[2].
Hay dos películas que tienen que ver con la inteligencia emocional, ambas de Disney Pixar: “Intensamente y Wall-e. La primera trata de una niña que tiene que lidiar con sus propias emociones y la segunda tiene que ver con la importancia de mirarnos unos a otros; te enseña la importancia de la comunicación no verbal y la comunicación (entre otras cosas).
4 Encuentro con la Palabra de Dios
Nos ponemos de pie. Alguien lee el siguiente pasaje de la Sagrada Escritura.
“Quien tiene paciencia abunda en sensatez, quien se enoja con rapidez muestra torpeza. Un corazón pacífico es vida del cuerpo, la envidia carcome los huesos.
Respuesta amable calma el enojo, palabra áspera excita la ira. Derrama ciencia la lengua de los sabios, la boca de los necios profiere necedades”.
Prov 14, 29- 30; 15, 1-2
5. Silencio y reflexión
Reflexionemos en silencio para que la Palabra de Dios transforme nuestra vida.
6, Confrontar nuestra realidad personal con la Palabra de Dios
Los participantes comentarán voluntariamente las reflexiones que hayan hecho en su encuentro con la Palabra de Dios y responderán a las siguientes preguntas:
- ¿Consideras que una persona paciente, amable y pacífica demuestra, con su actitud, que tiene inteligencia emocional? ¿Por qué?
Oración comunitaria
Quienes gusten harán en voz alta y voluntariamente la oración que Dios haga surgir en su corazón.
Compromiso
Dedica un momento del día a identificar tus emociones: ¿Cómo te sientes ahora? ¿Estás triste, enojada o alegre? ¿Por qué te sientes así?
¿Cómo se sienten los demás miembros de tu familia?
Oración y despedida
ORACION AL ESPIRITU SANTO Cardenal Verdier Oh Espíritu Santo, Amor del Padre, y del Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia santificación. Espíritu Santo, Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar. Dame acierto al empezar dirección al progresar y perfección al acabar. Amén.
[1] Para conocer más del tema te recomendamos el libro:Howard Gardner. Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica. Editorial Paidos Ibérica.
[2] Si quieres conocer más sobre el tema, puedes leer el libro: La inteligencia emocional, de Daniel Goleman. Editorial Javier Vergara.