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CÓMO ENFRENTAR LOS CAMBIOS


Los seres humanos tendemos a buscar la estabilidad en la mayor parte de los aspectos de nuestras vidas. Así, tendemos a percibir la realidad como una suerte de “camino plano”.

Pero la verdad es que la vida es más bien una sucesión de cambios; “ascensos y descensos” continuos.

Cuando nos enfrentamos a un cambio, es como si cayéramos en un bache, afortunadamente muy raros en nuestras ciudades latinoamericanas (¡ja, ja!).

Según Dennis T. Jaffe y Cynthia D. Scott, autores de la teoría de la Curva del Cambio, cuando enfrentamos un cambio en nuestras vidas, pasamos por cuatro etapas: Negación, Rechazo, Exploración y finalmente, Compromiso

  1. Negación. En esta primera etapa, nos negamos a ver que las cosas han cambiado; la mente, en una estrategia de autodefensa, no nos deja entender que hay una modificación en nuestras vidas. Reconocemos esta etapa porque usamos frases reveladoras, tales como “No pasa nada…” “Vas a ver que todo sigue igual…” “Es cuestión de que…” etcétera.

¿Cuánto dura esta etapa? Bien, pues depende del cambio de que se trate, de cuán cómodos estábamos en la situación anterior o qué tanto estemos aferrados a un estado de cosas.

  1. Rechazo. La siguiente etapa es la de Rechazo o Enojo. Pasado un lapso, nos damos cuenta de que, el cambio sí sucedió, pero no nos gusta. Entonces, nos enojamos, con los demás, con nosotros mismos, con Dios, con el “destino”. “¿Por qué a mí, así, ahora?” “¡No estoy listo!” “No es justo”, son frases típicas de esta etapa.

  1. Exploración. Posteriormente pasamos a la etapa de Exploración (Si vemos el modelo de la curva, se trata de una etapa de ascenso. Esto significa que las dos primeras etapas nos las “avienta” la vida, pero las dos últimas dependen de nosotros. Esta parte del proceso se caracteriza por frases que comienzan con “¿Y si…?” o “Podría…” Buscamos formas de adaptarnos; ello significa que hemos decidido seguir adelante. Esto no es sencillo, pero la gente más flexible suele hacer un esfuerzo para empezar a adaptarse y seguir adelante con su vida.

  1. Compromiso. Si nos esforzamos, subimos la última cuesta. El Compromiso significa que ya hemos superado el cambio. Se reconoce porque hablamos en presente. Dejamos de añorar el pasado, dejamos de estar enojados.

“El Balanceo de Tarzán”

No siempre superamos los cambios tan fácilmente. Hay personas que parecen avanzar en la superación del cambio, pero que no lo hacen, y regresan a etapas anteriores, tratando inútilmente de volver al estado anterior al cambio. A esto se le llama “El balanceo de Tarzán”. Es como si la curva fuera un río que Tarzán quiere brincar con su liana; se lanza con decisión, pero cuando va a llegar a la otra orilla, lo que ve, no le gusta. LE DA MIEDO pasar a la otra orilla, porque no conoce lo que hay más allá.

Pero Tarzán no puede regresar al pasado, así que se queda balanceándose por días, meses, o en algunos casos, por años.

Ejemplos de personas que no superan los cambios son:

  • El recién casado que quiere seguir con su rutina de soltero, yendo al boliche o al bar, sin entender que ahora la prioridad es su esposa.

  • Padres que quieren seguir influyendo en sus hijos adultos.

  • Profesionistas que quieren trabajar “como siempre”, “a la antigua”, sin usar nuevas formas y tecnologías.

  • Casados que insisten en ver a sus consortes como “nuevos integrantes” de su familia, en vez de ver que la nueva pareja es una nueva familia

  • “Muchachos eternos” que ya adultos, siguen comportándose como jovencitos, sin aceptar su edad y las ventajas que ésta trae

  • El cambio más dramático es el aceptar la muerte de un ser querido. Quienes no lo superan, pasan sus vidas añorando, viviendo en el pasado.

  • Personas que añoran los “buenos viejos tiempos” en los que “todo era mejor”. Estas personas viven permanentemente enojadas con la realidad.

  • El del tipo que, enamorado de un automóvil que cuidaba mucho, lo vende a un amigo y cada tanto tiempo atosiga a éste con comentarios como “Y ¿ya le cambiaste el aceite? acuérdate que usa llantas de tal marca”, o “¡Mira cómo me lo traes; se me hace que te lo voy a quitar…!” Por supuesto, el tipo acaba cayendo gordito

  • Gente ya entrada en años que sigue “ligando” o buscando novias como en la preparatoria.

Para evitar “atorarse” en los cambios, la Curva del Cambio ayuda para analizarse y encontrar lo que necesitamos hacer para avanzar.

Si nos atoramos en un pasado que ya no existe, no seremos funcionales en el presente, que es en donde está la vida.

Para superar los cambios

La gente poco flexible tiende a ser infeliz. Se “atora” en una etapa de su vida; se aferra a ella… y luego se enoja porque la realidad no se ajusta a lo que ella quisiera.

Por otra parte, todos somos flexibles en algunas cosas y menos flexibles en otras.

Para superar cambios más exigentes en nuestras vidas, ayuda recordar cambios fuertes que hemos vivido anteriormente en nuestras vidas, tomarse unos minutos y hacerse estas preguntas:

  1. ¿Cuál fue el cambio que experimenté?

  2. ¿Cómo lo superé? ¿a qué fortalezas recurrí?

  3. ¿Qué me dejó ese cambio? ¿surgí fortalecido?

Cuando hayamos reflexionado en esto, preguntémonos cuáles son los retos que nos imponen los cambios que estamos viviendo hoy.

Escuchémonos hablar para saber en qué etapa estamos. Luego, pensemos “¿A qué me estoy aferrando?” “¿Cómo puedo dejarlo ir?”

Terminemos preguntándonos cuáles son las ventajas que tendrá la nueva situación.

Hay que tener paciencia, no tratar de acelerar el proceso, pero estar pendiente de no quedarse “atorado” en el camino.

Para reflexionar:

Una excelente película que tiene como tema central la transición de un joven acomodaticio a adulto responsable, es “Cuestión de Honor” (A Few Good Men- 1992) de Rob Reiner, protagonizada por Tom Cruise y Jack Nicholson.


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