LLEGÓ DICIEMBRE Y LLEGARÁ EL NUEVO AÑO
Diciembre es el mes de la nostalgia y la esperanza; de la nostalgia porque termina un año de nuestra vida y tal vez no realizamos en él todo lo que nos propusimos… también puede ser que hayan sucedido en nuestra familia o entre nuestras amistades, sucesos dolorosos que nos harán recordarlos siempre.
Es también tiempo de esperanza porque tenemos a la vista un nuevo año de realizaciones, en el cual podremos llevar a cabo lo que nos quedó pendiente y todos los nuevos proyectos que hemos deseado realizar.
No es posible olvidar la pérdida de las personas que amamos, pero sí podemos sustituir el dolor de esa pérdida con el recuerdo de todo lo positivo que vivimos con ellas; traer al presente los momentos que disfrutamos con su compañía; volver a recordar sus palabras, lo que les daba alegría; guisar lo que les gustaba comer; agradecer el tiempo que se nos concedió su cercanía y gozar de nuevo esos recuerdos.
Recordar todo lo positivo que se ha vivido nos permitirá volverlo a disfrutar; recordar sólo lo doloroso nos hará sufrir como si lo viviéramos de nuevo.
La terminación de un año también puede llenarnos de remordimiento, por no haber cumplido lo que nos propusimos: no fortalecí la amistad con las personas que prometí; no bajé los kilos que me propuse; no estudié como me había comprometido; no visité ni llamé por teléfono a las personas que lo disfrutarían; no logré ser ordenada con mis cosas.
También puede suceder que en el año que termina realizaste acciones que te llenan de satisfacción: cursaste las materias que te faltaban para terminar tu carrera o te inscribiste para iniciarla y ya aprobaste un semestre; o terminaste la Secundaria o iniciaste la Prepa. Mejoraste la comunicación con tu esposo o con tus hijos mayores. Tu casa luce más ordenada. Revisa todo lo que hayas logrado y date fuertes abrazos de felicitación.
Estás lista para empezar el nuevo año; piénsalo bien. Harás una lista que te sea posible cumplir; si el año que termina la hiciste y pudiste cumplirla ya tienes experiencia, pero si no has podido hacerlo, no te desanimes; este próximo año sí lo lograrás, no tengas dudas, tú eres capaz de lograrlo si te lo propones. La esperanza te dará la seguridad de que el Año Nuevo disfrutarás la realización de los proyectos y deseos que solo dependan de tu fuerza de voluntad y de que los programes oportunamente.
Al hacer tu programa para el nuevo año, no olvides incluir lo que harás por los más necesitados: ¿cuándo los visitarás? ¿Qué les llevarás? Si eres socia de la UFCM, o si estás en “Madres Jóvenes” apunta en tu calendario todos los días de juntas para que no faltes.
Si te suscribiste a la Revista “Acción Femenina”, no la dejes olvidada, programa un tiempo para leerla. Si no te has suscrito, hazlo ahora, no te arrepentirás.
Programa tu participación en las fiestas Religiosas y en la conmemoración de las fiestas Patrias, nacionales y locales; no permanezcas al margen, participa y disfrútalas con tus familiares y vecinos.
Vas a tener 365 días, vívelos plenamente, cumpliendo las metas que te propusiste para tu superación personal y para la de todos los que te rodean.