NECESITO TOMAR UN RESPIRO
- María Eugenia Díaz Gastine de Pfennich
- 4 ago
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Entre julio y agosto se tienen en los países del hemisferio norte, las vacaciones escolares y también en algunas empresas tratan de dar vacaciones laborales.
Hace algunos años escribí para agosto, en la Revista, un comentario sincero y doloroso de una exalumna de la Normal que me decía: “Necesito un respiro, tranquilidad, descanso y eso se llama vacaciones. Maestra, me levanto diario a las 5:30 AM de la madrugada para despertar a mis hijos de 5 y 7 años a los que les pido que se arreglen. Luego visto a mi hijito de dos años después de llevar a mis hijos con mi papá para que los lleve a la escuela, como tengo suerte de tener coche, viajo al otro lado de la ciudad (durante hora y media), para ir a trabajar. Entro a mi escuela a las 8:00 AM, pero antes llevo a mi hijo pequeño a una guardería cercana porque salgo de clases hasta las 2:00 PM y tengo que recoger a mi niño antes de las 3:00 PM. De camino a mi casa paso al supermercado para comprar lo que necesito y en ocasiones otros pendientes; llego a la casa para preparar la comida y atender a mis otros dos hijos, que mi papá me ayudó a recoger de la escuela, les doy de comer, los organizo para que hagan sus tareas, los llevo a sus clases extras, o al dentista, al pediatra, etc. En la noche les pido que se bañen, atiendo a mi hijo pequeño y espero a mi esposo, que regresa de su trabajo a las 7:00 de la noche para que cenemos juntos y quizá platicar un poco. Todo lo anterior es mi rutina, pero se atraviesan mil asuntos inesperados que tengo que atender, más los trabajos que me piden en mi escuela donde recibo un salario que necesito para sostener los gastos de la familia. Le confieso maestra que no sé si podré “aguantar el paso…”.
El caso anterior es de una joven mujer que trabaja fuera del hogar y vive en la CDMX, pero hay que tomar en cuenta el trabajo agotador para las mujeres y los hombres viven en el campo y tienen que cuidar sus animales y sembrar su tierra.
LAS VACACIONES NO SON UN LUJO, SINO UNA NECESIDAD
Los niños y niñas que van a la escuela necesitan un tiempo, que es muy importante llamado vacaciones que les dan los siguientes beneficios:
■ Ese tiempo les da descanso mental y físico fuera de la rutina escolar.
■ Mejora su rendimiento y calidad de vida. Come mejor y con calma y no comida chatarra.
■ Fortalece la convivencia familiar, siempre y cuando no se aísle en el celular, etc. Ya que durante las vacaciones la familia tiene tiempo para compartir.
■ Favorece el desarrollo social, sobre todo si pertenece a un grupo de niños de su comunidad, de los Scouts, de servicio social de la Acción Católica para adolescentes y niños ACAN.
■ Aprende otras formas de aprendizaje, en contacto con adultos, con la naturaleza, con su comunidad.
Para los adultos que trabajan, es mayormente importante el tiempo de vacaciones laborales. En Europa muchos países como Francia, dan tanto tiempo de vacaciones por ley que todos respetan.
Algunos de los beneficios de las vacaciones laborales:
■ Mejoran la salud física y mental, porque cambia la rutina y duermen más, comen mejor. Reducen el estrés, el agotamiento y el riesgo de enfermedades relacionadas con el trabajo.
■ Fortalecen la vida personal y familiar. El tiempo libre permite equilibrar la vida laboral con la vida afectiva y emocional.
■ Favorecen la creatividad ya que es una oportunidad para descubrir y disfrutar de nuevo la naturaleza: la belleza del mar o montañas, de un bosque, de los animales silvestres, las flores, etc.
■ Incrementan la productividad a largo plazo. Regresan a trabajar con más energía y tienen mayor éxito en lo que emprenden. Cometen menos errores cuando regresan al trabajo.
■ También previenen el “burnout” (síndrome de desgaste profesional). Un padre o una madre que no para de trabajar, desajusta la vida familiar (adicto al trabajo) es una de las adicciones que más destruyen a la persona y a la familia.
■ Dan oportunidad de hacer oración, escuchar la Palabra de Dios. Buscar un momento de silencio personal para reflexionar sobre su proyecto de vida y lo que Dios quiere para uno.
■ Es un derecho humano. La Declaración Universal de los Derechos Humanos (artículo 24) establece el derecho al descanso y al disfrute del tiempo libre, incluidas vacaciones periódicas pagadas.
En resumen, mi alumna “necesitaba un respiro” ya no podía seguir con ese paso agotador. Vacacionar es cuidar la salud, renovar energías y reconectar con lo que da sentido a la vida. El cuerpo y la mente de niños, jóvenes y adultos necesitan las vacaciones, y la sociedad entera se beneficia.
No hay pretexto para que no descanses en estas vacaciones tú, tu familia, tus hijos, tus nietos. Todos nos vamos a beneficiar con este “respiro” que debemos buscar para nuestro propio beneficio y de la sociedad.
Para reflexionar:
● ¿Cuándo fue la última vez que tomaste vacaciones?
● ¿Tienes cuidado que en tu familia se respeten unos días o semanas para que todos disfruten de vacaciones? Sí, no y por qué.

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