EL MEJOR REGALO PARA NAVIDAD Presencia de la mujer

En el libro de los Proverbios se destacan, las cualidades de la mujer fuerte:

“Le extendió su mano al pobre, la abrió para el indigente, va irradiando salud y dignidad, mira con optimismo el porvenir” (Proverbios 31,20-25).

Hace unos meses en México sufrimos temblores que afectaron a diversas poblaciones y ciudades; me encontraba de viaje y solo escuché en las noticias el dramático suceso, pero inmediatamente me comuniqué con la familia y amistades para saber si estaban bien.

Me sorprendió que al día siguiente comencé a recibir correos electrónicos de mujeres que había conocido cuando era responsable de la Unión de Mujeres Católicas (UMOFC). Los correos venían de diversos países y los mensajes demostraban antes que nada amor, compasión y solidaridad a través de la oración e interés por México y mi familia. Todas ellas son mujeres de mucha fe que sobre todo valoran la vida, la amistad, tienen misericordia, les preocupa el país que nunca han conocido y sus problemas los hacen suyos. Representan el genio femenino que se fundamenta en los valores evangélicos pero sobre todo en el amor.

VOCACIÓN Y MISIÓN DE LA MUJER

La vocación y misión de la mujer, es un tema siempre actual y eterno. La más interesada en comprenderlo debería ser ella misma; solo así podrá valorarse. Todo ser humano ha nacido de una mujer y ella es la que ha sostenido, más de la mitad de nuestro mundo contemporáneo y antiguo. La mujer, desde niña comprende y ve la vida de manera diferente al varón. Sabemos que tanto el hombre y la mujer tienen la misma dignidad pero son distintos y complementarios.

El sentimiento de amor a la humanidad es el genio propio de toda mujer. Para ello tiene la necesidad desarrollar las cualidades innatas en ella: la fortaleza, la ternura, la capacidad de crear comunidad, la prudencia, la paciencia, la fidelidad, etc. La mujer necesita adquirir la conciencia de sus verdaderos valores y estar presente, con tenacidad, responsabilidad y amor, en las distintas áreas de la sociedad, donde hace tanta falta: en la ciencia, el arte, la educación, la literatura, la construcción de proyectos, la medicina, la política y la Iglesia.

Debe, por lo tanto aprender a dialogar para llegar a acuerdos y a buscar soluciones. Tiene ella sobre todo en el núcleo familiar, un lugar que nadie puede suplir, como esposa, madre, abuela, hermana, tía, en la educación de la nueva generación. La mujer que no entiende su misión de comunicar vida, tiene un sentimiento, a través de los años de frustración, enojo, rencor y agresividad; igualmente el varón que no ayuda a construir un mundo mejor, más habitable. El hombre también (reciprocidad) necesita a la mujer para comprender mejor su existencia, aprender a amar, a tener una visión trascendente con la educación de los hijos, etc.

Las mujeres necesitamos de la solidaridad de otras mujeres y sabemos que para ayudar, después de los temblores se ofrecieron y estuvieron presentes grupos de rescate de otros países: Japón, Alemania, Estados Unidos, etc. Fue notable la participación de las mujeres de todas las edades que voluntariamente ayudaron y también las que pidieron ayuda para sus familias. Hay fotos, de mujeres muy humildes que hacían largas filas esperando la mano que pudiera auxiliarlas en sus pérdidas.

En esta Navidad, México y el mundo necesitan urgentemente el regalo de la presencia comprometida y responsable de la mujer con las mexicanas y los mexicanos que sufren por la pérdida de un ser querido y porque no tienen cobijo, ni alimentos, ya que la tristeza y la desesperanza han anidado en sus corazones.

La Navidad nos centra en el feliz acontecimiento del nacimiento de Jesús: queremos que vuelva a nacer en nuestro corazón, en nuestras actitudes de servicio, responsabilidad y de escucha de la Palabra de Dios para ponerla en práctica.

María de Guadalupe, que a través del acontecimiento Guadalupano logró la adhesión de los habitantes del Nuevo Mundo al “verdadero Dios por quien se vive” siga intercediendo por nosotros, porque ella nos dio el mejor regalo de Navidad: su hijo Jesús y confió plenamente en la difícil misión que Dios le pidió.

Te deseo una Navidad diferente porque estamos más conscientes del valor de la vida, el gran regalo de Dios que nos ama. Un abrazo para ti y tu familia y seguiremos presentes con la construcción de México porque confiamos en el porvenir.

Le pedimos a María su intercesión con la oración de Juan Pablo II

“Virgen valiente,

inspira en nosotras fortaleza de ánimo

y confianza en Dios,

para que sepamos superar

todos los obstáculos que encontremos

en el cumplimiento de nuestra misión.

Enséñanos a tratar las realidades del mundo

con un vivo sentido de responsabilidad cristiana

y en la gozosa esperanza

de la venida del Reino de Dios,

de los nuevos Cielos y de la nueva Tierra”.