Habla de la Navidad
Sí, ¡habla de la Navidad! Pero no te conformes con sólo comentar si la cena consistirá en pavo, bacalao o romeritos; no le des el mayor peso a las luces del árbol o a los adornos que pondrás en las ventanas de tu casa…
¡Habla de la Navidad! Pero de su verdadero y profundo sentido cristiano. Habla de ella con tus hijos, grandes y pequeños; tus hermanos, tíos o primos, amigos, colaboradores, vecinos, personal de servicio, a los que te entregan el correo o te recogen la basura… habla contigo misma acerca de la Navidad…
¡Habla de la Navidad! Vuelve a contemplar con asombro, como si lo escucharas por primera vez, que la promesa de Dios de enviar al Salvador, se cumplió en Belén y que la Navidad conmemora el mayor acontecimiento de todos los tiempos: que Dios se hizo hombre para salvarnos y que nació en Belén una noche que hoy llamamos Navidad…
¡Habla de la Navidad! De María y José que aún sabiendo que ella esperaba al Mesías y que él sería su custodio en la niñez y juventud de Jesús, no dudaron en emprender un viaje para empadronarse y así darnos ejemplo de cómo nuestra relación con Dios debe reflejarse en la vida cotidiana, en la familia y la sociedad…
¡Habla de la Navidad! Explica que los pastores que se colocan en el nacimiento nos recuerdan a seres de carne y hueso que una noche bendita escucharon a los ángeles cantar ¡Gloría a Dios en el cielo!, como preámbulo para anunciarles que Dios-Niño había nacido y que los esperaba en un establo envuelto en pañales y que lo mismo sucede con nosotros: María, José y el Niño esperan que vayamos a su encuentro…
¡Habla de la Navidad! Recuerda que esos pastores eran personas como nosotros y fueron privilegiados porque respondieron al anuncio del ángel y fueron a ofrecer al Niño Jesús cuanto tenían: su trabajo, sus ovejas y los frutos de la naturaleza. Nuevamente, nosotros, conmemoramos el nacimiento de Jesús: ¿qué es lo que tú y los tuyos van a poner a sus pies: familia, trabajo, penas, alegrías, soledad o bienestar? ¿Tu vida misma?
¡Habla de la Navidad! Hazlo con alegría porque es el día que llegó la salvación a los hombres y mujeres“que ama el Señor”. Salvación para todos los hombres y mujeres, ricos y pobres; sabios o iletrados… por eso en el “nacimiento” caben toda clase de figuras como los sencillos pastores o los sabios que siguieron la estrella: los Reyes Magos…
¡Habla de la Navidad! Porque hay quienes ya lo olvidaron todo y se sumergen ese día en festejos que nada tienen que ver con el sentido verdadero y cristiano de la Noche Buena y la Navidad…
¡Habla de la Navidad! Y vas a encontrar personas que, a pesar de saber que el Salvador los espera en la humildad de un Sagrario, actúan como los sacerdotes de aquel tiempo: con indiferencia y queriendo ignorar la presencia de Dios entre los hombres o como Herodes, empeñados en matar la presencia de Cristo en las almas, la familia y la sociedad. No actúes como ellos.
¡Habla de la Navidad! Para que no la vivamos perdidas entre brindis, luces y papeles multicolores; sino que festejemos el nacimiento del Niño Jesús compartiendo lo que tenemos con los más necesitados… brindando alegría a una familia pobre… proporcionado medicinas a enfermos necesitados… programando una visita a la casa de alguien a quién teníamos olvidado… transmitiendo la alegría y la paz de la Navidad en el abrazo fraterno a tus amigos… perdonando para cerrar esa herida que lacera tu corazón… aceptando las ausencias de seres queridos… disfrutando del brillo de los ojos de los niños cuando les hables de ¡la Navidad!.
¡Habla de la Navidad! Pero también llénala de alegría y música con los Villancicos. Ora ante el nacimiento. Haz que prevalezca en las mentes y corazones, especialmente en los niños, la presencia del Niño Jesús y no el personaje inventado de Santa Claus.
¡Habla de la Navidad! ¡Vive profundamente la fiesta que nos recuerda el nacimiento del Jesús Niño! Lee en tu Biblia el relato de San Lucas (2, 1-21) y de esa manera tendrán más sentido la cena, los cantos, los regalos y la alegría de una Noche Buena.
PARA REFLEXIONAR:
¿Cómo te preparas para la Navidad?
¿Transmites su significado a los que te rodean?
¿Vives y haces vivir la alegría del nacimiento de nuestro Salvador?
¿Qué le regalarás a Jesús?
