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PADRE ADICTO AL TRABAJO, PADRE AUSENTE


“Cuando era pequeña escuchaba y veía con preocupación las discusiones entre mis padres y los comentarios de mi madre: ‘no tienes trabajo’, ‘lo volviste a perder’, ‘no te comprometes seriamente en nada’, ‘¿de qué vamos a vivir?’ Esto me impresionó mucho y pensé en no casarme y si lo hacía sería con un hombre trabajador, responsable y cumplido”.

Mayra, mi amiga, me comentaba lo anterior y terminó su desahogo diciendo: “escogí a un hombre trabajador, responsable, cumplido, pero es verdaderamente adicto al trabajo y he tenido yo sola que hacerme cargo de mis cuatro hijos, ser padre y madre, porque él siempre está trabajando. Nunca nos ha faltado nada, pero no contamos con él para un paseo, una diversión, porque ‘no puede perder el tiempo y lógicamente al final del día está agotado. El trabajo es su adicción”.

Para todo ser humano el trabajo es una forma de realizarse y trascender, aportando algo valioso a la sociedad. A diferencia de la mujer, el varón puede volverse adicto al trabajo más fácilmente. Por su naturaleza, la mujer que trabaja fuera de su hogar suele preferir, en cuanto sea posible, realizarse en su familia, con el cuidado de su casa, de sus hijos y busca tiempo para después del trabajo asalariado dedicarse a sus seres queridos construyendo una comunidad acogedora no solo en su familia, sino de muchas maneras en el trabajo remunerado.

Para el varón el trabajo es lo que le da sentido de identidad, le ayuda en su autoestima y le da valor frente a su familia y sociedad. Pero sucede que cuando el hombre trabaja de forma compulsiva e intensa, se crea una adicción que tiene consecuencias negativas para él y su medio familiar.

La adicción al trabajo es difícil detectar, porque se oculta bajo la apariencia de responsabilidad, dedicación y sacrificio de la vida personal. Por otro lado, hay trabajos que verdaderamente causan satisfacción y exigen dedicación y entrega como, por ejemplo: artistas, médicos, sacerdotes, maestros, trabajadores sociales etc.… siempre y cuando sepamos detenernos para atender otras responsabilidades sobre todo donde no nos pueden sustituir como es cumplir como madre o padre.

Indicadores que ayudan a identificar la adicción:

Aparición de síntomas físicos y también conflictos psicológicos y dificultad para tener relaciones sociales.

Cuando leemos las definiciones propuestas para los adictos al trabajo señalan lo siguiente: El adicto al trabajo se caracteriza por una excesiva dedicación laboral, valorando esta actividad como el único fin de su vida, con desinterés por todo lo que no sea su trabajo e incapacidad para dejar de trabajar.

Algunas características que los identifican son:

  • Imposibilidad de abandonar al final de la jornada un trabajo inacabado.

  • Sentir preocupaciones agobiantes en el fin de semana cuando no se trabaja.

  • Ser incapaz de rechazar ofertas de trabajo adicional.

  • Ser competitivo en cualquier actividad.

  • Ser acusado por los familiares y amigos de que se dedica más tiempo al trabajo que a ellos.

  • Tener problemas para relajarse.

  • Evitar la delegación de responsabilidades.

  • Ser perfeccionista.

  • Afectación en la salud: ataques de pánico, depresión, cardiopatías, etc.

Mayra encontró un marido que con su trabajo y responsabilidad ayudara al sostén de su familia; ella reconoce que nunca les ha faltado nada material, pero hubiera preferido la presencia de su marido en la educación y disfrute de los hijos y el acompañamiento de un padre que estuviera al lado de ellos en los momentos difíciles.

Los mejores momentos de los seres humanos en general y los niños en la vida, es cuando nos sentimos queridos, tomados en cuenta, acompañados en nuestro caminar, ya que todos necesitamos a nuestros padres. Desde luego que es dramático tener un padre irresponsable y que no ayuda en nada a su familia y sólo exige, pero igual de grave es tener sólo al padre proveedor y ausente.

La obligación del padre y de la madre es sobre todo acoger con amor a los hijos y ser los modelos a seguir; ellos son los que nos ayudan con paciencia, a descubrir y valorar la vida, para poder enfrentar los retos y superarnos.

En el día del padre, revisa tu actitud para que no “pierdas toda tu vida solo en el trabajo, sino recuerda que Dios, nuestro Padre valora que vivamos plenamente la vida. Aprende a compartir, a soltarte, a reír”.

¡Feliz día del Padre!

Para reflexionar:

  • ¿Conoces algún hombre adicto al trabajo? ¿Sí? ¿Qué puedes hacer para que pueda acceder a la información anterior? ¿Cómo le puedes ayudar a superar su adicción?

  • ¿Sabes suspender tu trabajo cuando otras personas te necesitan? ¿Sí? ¿No? ¿Por qué?

  • ¿Qué estrategias propones para superar la adicción al trabajo?


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